lunes, 27 de mayo de 2013

Dame luz!

Buenos días!

Hoy vamos a hablar de lámparas. Os quiero proponer dos estilos muy distintos pero igual de fantásticos para conseguir la iluminación ideas de los diferentes espacios de vuestra casa.

Primero quiero mostraros los diseños de Frank Lloyd Wright. Wright (1867-1958) es el arquitecto más importante y conocido de los EEUU. Practica una arquitectura integral, en la que todos los elementos son diseñados por él: desde el material de los muros hasta las patas de las mesas. Os voy a dejar unas cuantas imágenes de sus lámparas, todas ellas diseñadas por él para espacios concretos de los edificios que él diseñó.





¿Qué os han parecido? A mi me encantan! Tiene un estilo un tanto rústico, que encaja perfectamente con una decoración en colores cálidos y con madera y piedra como materiales principales.

Vamos ahora con algo totalmente distinto: los diseños propuestos por arquitectos actuales, proponiendo tanto distintos materiales como distintas técnicas de iluminación:

Pipe Suspension – Herzog & de Meuron


De colores grises metálicos, este es un tubo flexible el cual va recubierto de una silicona protectora que mantiene el color con el paso de los años. Tiene pequeñas perforaciones las cuales están colocadas de manera aleatoria, desde donde sale una luz difusa. Se puede ajustar par una luz más difusa o directa.

Shogun Tavolo – Mario Botta


Una lámpara metálica con un juego de líneas horizontales en blanco y negro es lo que diseñó en destacado arquitecto Suizo para Artemide. La luz que emite esta lámpara es difusa debido a la pantalla metálica de forma convexa en su parte superior, sin embargo esta pantalla se puede mover de manera de ajustar la luz para generar diferentes atmósferas. Posee una geometría muy elemental, muy tradicional en el diseño deMario Botta.

Genesy – Zaha Hadid


Una lámpara totalmente orgánica en su diseño, basada en diagramas abstractos de fluidos. Es como un organismo viviente que se va volviendo cada vez más complejo a medida que se desprende del suelo. La lámpara es un LED de luz directa y otra indirecta las cuales se pueden manejar de manera junta o separada.

Oto 80, 130 – Norman Foster


Foster diseña este tipo de focos de luz halógenos y metálicos de cuerpo de aluminio. Las ventajas están en el diseño compacto, sencillo y funcional de este foco, el cual además tiene una gran movilidad para ser rotado en casi cualquier dirección. Su pequeño tamaño y su luz direccional son perfectas para mantener los espacios limpios y bien iluminados.

Lorosae  – Alvaro Siza


Esta lámpara, diseñada por el gran arquitecto Alvaro Siza es una lámpara de luz difusa diseñada para caer como un pendiente desde el cielo. Sus dos tamaños le permiten iluminar espacios tanto pequeños como grandes. Siguiendo la línea de diseño de Siza, esta lámpara es curva, blanca y traslúcida. Arroja una luz suave que se esparce de manera muy homogénea al interior de los espacios.

viernes, 24 de mayo de 2013

Siglo XIX: moda masculina y alta costura.

Buenos días!

Bueno, lo primero de todo disculparnos por haberos tenido abandonados durante unas cuantas semanas...Pero volvemos con más fuerza que antes, y decididos a darlo todo!
La última vez nos quedamos con la moda en el siglo XVIII y Maria Antonieta. Así que hoy avanzamos hasta el siglo siguiente, para ver el nacimiento de la alta costura y la introducción de la moda en el ámbito masculino. Allá vamos!!

Primera mitad del siglo XIX: Georges Brummell, el primer Dandi



Hasta este momento, los hombres habían ocupado un lugar muy secundario en el juego de la moda. Las mujeres, que disponían de mucho tiempo libre al ocupar un segundo plano en la vida laboral, dedicaban su tiempo a mimarse y a gastar el dinero de los hombres en vestidos y tocados (cosa que, para ellos, resultaba perfecta pues así dejaban claro su estatus social).


A principios del siglo XIX aparece una figura masculina que abrirá las puertas de la moda a los hombres: Georges Brummell
Aunque en muchas ocasiones se ha dicho que Brummell era un joven aristocrático, un sibarita apasionado por el arte, la realidad es bien distinta. Brummell era un joven bastante humilde que aprovechaba las circunstancias para sacar beneficio propio. ¿Cómo? Pues con su imagen siempre impoluta, siempre perfecta. Era todo un caballero que cuidaba hasta el más mínimo detalle de su apariencia, y conseguía así introducirse en los círculos sociales más exclusivos. Al final, su arrogancia le echó a perder, y murió solo en un manicomio en 1840. Sin embargo su estilo de vida tuvo muchos seguidores, y era admirado por el cuidado que ponía en su vestimenta y apariencia.




Con la llegada de la reina Victoria al trono de Inglaterra, el estilo pomposo en el vestir y las relaciones sociales iniciado por Brummell se retrae, imponiéndose un extremado rigor.


Segunda mitad del siglo XIX: Charles Frederic Worth y la alta costura
A partir de 1857, el mundo de la moda vuelve a experimentar un cambio radical y empieza a desarrollarse tal y como lo conocemos hoy en día. Aparece la figura de Charles Frederic Worth (1825-1895), considerado el primer diseñador de alta costura de la historia.

Antes de Charles Frederick Worth todo era muy distinto en el mundo de la moda. Quienes tenían el poder adquisitivo para hacerlo, acudían a costureros para que les confeccionaran los voluptuosos vestidos usados en la época, pero estos vestidos no tenían el sello personal del costurero.

Frederick Worth partió como un aprendiz en la industria textil londinense, tras 7 años de formación decide que París era el lugar donde debía vivir, uniendo la técnica del corte ingles con la elegancia propia de los franceces. Fue entonces que todo comenzó.

El inglés empezó a considerarse a sí mismo una celebridad, firmando los vestidos que confeccionaba como si fueran obras de arte. Fue el primero en hacerlo, creando un nuevo concepto en la época: el “Couturier” (modisto).

El acto de firmar sus diseños, que a muchos les puede parecer un acto pequeño, hizo un gran cambio en la época: Feredrick Worth decidía cómo serían los vestidos que usarían sus clientas, dejando de ser solo un costurero.


En 1858 funda su propia casa de moda en la Rue de la paix en París. Aquí fue cuando empezó muchas de las prácticas del mundo de la moda que se hacen hasta hoy.

Como una manera de vender más, decidió que empezaría a mostrar sus creaciones, haciendo una colección al año. Así es como empezó la práctica de hacer colecciones de temporada: una idea que revolucionó la época y que los actuales diseñadores siguen hasta hoy.


El paso siguiente fue empezar a vestir a las “famosas”. Fue así como dos emperatrices, Isabel de Austria y Eugenia, la esposa de Napoleón III, se hicieron fanáticas de sus diseños y cuando las retrataban lo hacían usando un diseño de Worth. Este hecho trajo aún más fama al diseñador.

Uno de los grandes cambios que hizo en los diseños de la época fue reducir la crinolina, de modo que las faldas caían de forma plana adelante y el volumen se lo daba la parte trasera.

Entre otras cosas, Worth crea la Chambre de la Couture Parisienne: criterios específicos que un diseñador debía cumplir para poder llamarse un “Couturier”. ¿Y quién mejor para hacer esta guía que el primer “Couturier” del mundo?